Human bonds

Jueves

4:24

El hombre que vaga entre las ruinas de su casa, de su historia. 

Las partes que alguna vez fueron el todo de lo que funcionaba a su alrededor.

La mujer que se quedó en el tiempo y ahora vive de los pocos recuerdos que le quedan, de las prendas de aquellos que ahora ya no existen.

Alimentarse de las dudas que otros sembraron en él. Alimentarse, o ahogarse.¿Podrá salir de aquel bache y encontrar alguna ruta nueva, o se había quedado estancado en la mismisima profundidad de la ignorancia?

El tiempo que avanzó sin avisar, con los retrasos que eventualmente la llevaron hacia el punto menos alejado de donde había partido.

Los ojos llenos de esperanza, sin saber que estaba viviendo su mejor tiempo. 

El desfasaje dentro de él, que se produjo al darse cuenta de estar en un lugar privilegiado, poco aprovechado.

El día que la marcó para siempre, y la deuda que le quedó para toda la vida. 

Darse cuenta el motivo y sentir que la miseria en la que vivía no sólo se reflejaba en su pobre abanico de emociones y reacciones, sino también en aquel entorno encimado y sin retorno, dentro de un bucle.

De aquellas ruinas se volvió a encontrar, y se dijo a sí misma si la mirada que ahora tenía algún día se le quitaría.

Dejarse llevar por los que no conocen sus propios ritmos. 

Fracasar como si fuera moneda corriente.

Temer a la posibilidad de repetir el ciclo de aquellos que lo precedieron.

Darse cuenta de que no estaba siguiendo la decisión que tomó, sino la consecuencia del choque de otros contra sus paredes, y que ahora son sus propios choques los que terminan decidiendo por otros.

Vivir en la casa de los escombros que cayeron por aquellos choques.

¿Y si su solución para salir de allí es romper lo que queda de ese fuerte?
Pero repetiría la historia, y moriría en el intento. Aquellos escombros sólo serían los cimientos de otro sufriente.

Sísifo, guiala en este tormento eterno que la acompaña desde antes de nacer. Preguntale para qué busca comodidad en el regocijo de la repetición, o por qué de las alegorías saca el provecho de excusarse, pero no motivos para sosternerse.


  
Tanto el título como la imagen hacen referencia a una serie que me voló la cabeza.

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