Hiato

Ayer sobrado de espíritu marchito,
hoy adentrado en la profundidad.

Mirando cada vez menos,
sin saber si hay a dónde llegar.

Todavía le falta, aunque menos,

pero aún le queda un trecho más.

Mientras tanto mutea al resto y no conversa,
dejándose llevar por la soledad.

Aquel callejón despreciado por cualquier alma,
ahora es el anhelo de ese cuerpo que divaga.
Pues, ¿en qué lugar sino en donde se hizo tanto mal,

podrá hallar él sus heridas sin sal?

Cuando huelas su desesperación,
o veas los almuerzos que jamás congeló,
recién ahí podrás escuchar el silencio

que dejó en cada habitación.

No es cuestión de entender,
más de tener a quién preguntar,
si lo que crees que pesó en su caída,
fue de hecho un paso más.

Penumbras, 2021.

Te reto a que hagas clic sobre la imagen.

«Quid rides? Mutate nomine, de te fabula narratur»
Horacio

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